NUTRIAS : La salud de los ríos

Manuel Cuéllar. (El País.)

Fotografía de la nutria. ( Mark Boulton)

   Ya en el siglo XIII, S. Alberto Magno destacó la capacidad de estos animales para jugar. Pero las nutrias son mucho más que un animal simpático o de dibujos animados. Representan uno de los indicadores de la buena o mala salud de los ríos y riberas; lo que se llama un bioindicador perfecto. Ellas son las primeras ecologistas. Si están, quiere decir que la limpieza de las aguas en las que vive resulta aceptable. "Sirven de gran ayuda" afirma Jordi Ruis, coordinador del Grupo Nutria de la Sociedad Española de conservación y Estudio del Mamífero. " No solo nos dicen lo que está mal, sino también lo que está bien". Pero este animal tan eficaz es también frágil. La caza, las molestias, la alteración de las riberas y, sobre todo, la contaminación se han convertido en sus perores enemigos.

  En el libro La Nutria en España, publicado por Miguel Delibes, se asegura que este animal fue perseguido por el valor de su piel desde final de la guerra civil hasta la década de los setenta, momento en el que empezó a escasear, aunque no fue éste el principal factor de declive de la especie. Las nutrias también son muy sensibles a las molestias humanas; se ha llegado a pensar que esta causa podría ser una de las responsables de la ausencia animal en muchos ríos pirenaicos, donde la desforestación y la contaminación parecen ser poco importantes.

   Una de las condiciones ambientales para que la nutria pueda vivir y reproducirse es el mantenimiento de las márgenes de ríos y otros ecosistemas acuáticos. Para Ruiz, "la mala utilización del agua y la proliferación de embalses han sido dos de los aspectos más negativos para la conservación de la nutria". Y advierte : "El Plan Hidrológico Nacional puede ser una espada de Damocles para esta especie". En este sentido Miguel Delibes ha declarado: " Un plan hidrológico que no sea capaz de garantizar la presencia de nutrias no debería ser ni discutido".Y ha añadido: " Salvar a la nutria supone tanto como conservar el equilibrio funcional de nuestros arroyos, ríos y lagunas".

   En España, la contaminación se ha convertido en la responsable de la desaparición de las nutrias de la mayoría de los ríos del País Vasco y Cataluña, así como de los alrededores de Madrid. También es culpable la contaminación en las zonas de agricultura intensiva, por el uso indiscriminado de ciertos plaguicidas clorados. La razón de verse tan afectada por la contaminación es que este animal, depredador, se encuentra en la cúspide de la pirámide trófica, lo que le lleva a acumular todos los componentes poco o nada biodegradables en su organismo. Además, el riesgo para la especie aumenta, pues tiene la costumbre de aprovechar la pesca intoxicada, que le resulta más fácil de capturar. Las consecuencias de la contaminación no son sólo la muerte de los ejemplares afectados, sino también el descenso de la fertilidad o su debilitamiento y mayor propensión a morir por otras causas.

   "Es imposible conocer el número de nutrias que quedan en España", explica Jordi Ruiz. " Se sabe que en todas las Comunidades Autónomas peninsulares hay presencia de este animal y que es la comunidad de Extremadura la que cuenta con el mayor número de ejmplares, seguida de Andalucía occidental, Galicia y Asturias". Pero también hay provincias en las que la nutria ha desaparecido. " En Almería, Barcelona, Vizcaya y Guipúzcoa ahora no hay nutrias, las había hasta hace diez años". Conclusión sencilla: el comportamiento de estas provincias para con sus ríos deja mucho que desear. Pero no todo es negativo. Ruiz dice " se están llevando recuperaciones muy importantes en Cataluña, Aragón, Madrid, Murcia y Castilla y León.

   La nutria es una animal de la familia de los mustélidos, a la que pertenecen tejones, martas, garduñas, comadrejas y visones. En España, la especie de nutria que habita es la euroasiática o común. Su cuerpo puede medir hasta 130 cm. y pesar hasta 12 kg. Su dieta principal está compuesta por peces y cangrejos, pero también se alimenta de anfibios, reptiles y, ocasionalmente, insectos, aves y pequeños mamíferos. En la naturaleza puede llegar a vivir 14 años.

 

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